Thomas Hobbes
BIOGRAFÍA DE THOMAS HOBBES
Filósofo inglés. Hijo de un eclesiástico, quedó a cargo de su tío cuando aquél abandonó a su familia, tras participar en una pelea en la puerta de su iglesia. Estudió en el Magdalen Hall de Oxford, y en 1608 entró al servicio de la familia Cavendish como preceptor de uno de sus hijos, a quien acompañó en sus viajes por Francia e Italia entre 1608 y 1610. A la muerte de su alumno, en 1628, regresó de nuevo a Francia para entrar al servicio de Gervase Clifton.
En
dicho país permaneció hasta 1631, cuando los Cavendish lo solicitaron
de nuevo, como preceptor de otro de sus hijos. En 1634, acompañando a
su nuevo alumno, realizó otro viaje al continente, ocasión que
aprovechó para entrevistarse con Galileo y otros pensadores y
científicos de la época. En 1637 volvió a Inglaterra, pero el mal
ambiente político, que anunciaba ya la guerra civil, lo llevó a
abandonar su patria e instalarse en París en 1640.
Poco tiempo antes había hecho circular entre sus amigos un ejemplar manuscrito de sus Elementos de la ley natural y política,
de los que, en forma de dos tratados distintos, se editaron dos partes
en 1650. En París comenzó a publicar las distintas partes de su
sistema, empezando con el De cive en 1642. En 1651 abandonó Francia y regresó a Inglaterra, llevándose consigo el manuscrito del Leviatán, sin duda la más conocida de sus obras, que se editaría en Londres ese mismo año.
En 1655 publicó la primera parte de los Elementos de filosofía y en 1658, la segunda. Estas dos obras completaban la trilogía iniciada con De cive.
Tras la restauración de 1660 gozó del favor real, pero las acusaciones
de ateísmo que le lanzaron los estamentos eclesiásticos lo llevaron a
retirarse de la vida pública. Durante los últimos años de su vida hizo
una traducción en verso de la Ilíada y la Odisea, y escribió una autobiografía en versos latinos.
Los contactos que Hobbes tuvo con científicos de su
época, que fueron decisivos para la formación de sus ideas filosóficas,
le llevaron a fundir su preocupación por los problemas políticos y
sociales con su interés por la geometría y el pensamiento de los
filósofos mecanicistas. Su pensamiento político pretende ser una
aplicación de las leyes del mecanicismo a los campos de la moral y la
política. Las leyes que rigen el comportamiento humano son, según
Hobbes, las mismas que rigen el universo, y son de origen divino.
De
acuerdo con ellas, el hombre en estado natural es antisocial por
naturaleza y sólo se mueve por el deseo y el temor. Su primera ley
natural, que es la autoconservación, lo induce a imponerse sobre los
demás, de donde se deriva una situación de permanente conflicto: «la
guerra de todos contra todos», en la que «el hombre es un lobo para el
hombre».
Para poder construir una sociedad es
necesario, pues, que cada individuo renuncie a una parte de sus deseos
y llegue a un acuerdo mutuo de no aniquilación con los demás. Se trata
de establecer un «contrato social», de transferir los derechos que el
hombre posee naturalmente sobre todas las cosas en favor de un soberano
dotado de derechos ilimitados. Este monarca absoluto, cuya soberanía no
reside en el derecho divino sino en los derechos transferidos, sería el
único capaz de hacer respetar el contrato social y garantizar, así, el
orden y la paz, ejerciendo el monopolio de la violencia, que
desaparecería de este modo de la relación entre individuos.
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